domingo, 5 de diciembre de 2010

Emilio Ballesteros Almazán (Andalucía, España)

POR SIEMPRE

El tiempo pasará como pasa la lluvia
que deja tras de sí el olor a humedad.
Habrá momentos tristes y de felicidad
creciendo como flores silvestres del camino.
Como leves jirones de las nubes que pasan
surgirán los recuerdos que, a orillas del olvido,
remuevan algo dentro que estaba allí escondido.
Pero aquellos momentos de tierna libertad,
de dulces descubrires, de densa oscuridad
bañada por estrellas; esos no morirán.
Con ellos construimos la luz de nuestras casas,
la faz de nuestras caras, la fe de nuestras vidas.
El tiempo pasará, sí, como pasa todo;
pero hay algo esencial que, adentro de nosotros,
jamás nos dejará y encima de los tiempos,
más allá de la muerte, siempre nos mantendrá
unidos por los hilos que nunca se terminan.
Junto a mi corazón, donde las horas mueren
y nacen como rosas de algún jardín eterno,
allí estarás tú siempre y allí tú me tendrás
por siempre y para siempre feliz, tierno y sereno.

de Ojos de corazón y fuego



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XIII

Qué derroche de campos ardiendo de flores
que han regado las lluvias salvajes y el viento
y qué bella la estirpe de rojas serpientes
sacudiendo su cuerpo a lo largo de siglos.
Qué gozoso sentirse guerrero en la noche
y sentirse guerrero en las luces del día;
recorrer las espaldas mojadas del Monte
y bañarse en las aguas sagradas del Río.
Qué admirable saberse la llama en el fuego
y saberse un bocado de cielo en las nubes
orillado de estrellas bailando en el cosmos.
Qué belleza agrandarse tu pecho. Ser libre

y morir por un sueño de luna imposible. 




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