domingo, 5 de diciembre de 2010

Amando Lacueva



El rostro

Tintes de grafito oscuro
sobre pliegos de celulosa seca,
como el viento traza en los surcos,
o el aire dibuja en las grietas,
y el tiempo indolente;
garabatea en los pliegues
que conforman las lineas
que se atreven:
a cincelar la piel blanca,
a esculpir la piel negra.

Barro repujado,
labrado en el polvo del olvido,
que maquilla un rostro cualquiera
y declama, lo que hemos sido;
semblante del hombre,
libro, de lo que he vivido
abarrotado de páginas arrugadas,
rostro perdido.

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Las cenizas del tiempo


¡Piedra!, no calles por mas tiempo; y háblame.
Háblame de los hombres que me precedieron,
allá, donde la memoria se pierde, 
entre gestas de espíritus indomables,
de corazones valientes y héroes olvidados;
bajo las cenizas del tiempo.
En los campos de batalla yermos, en las altas cumbres,
de eternos inviernos.
Cuéntame de aquellos muros, que se alzaron hasta el cielo,
y resistieron si, el envite del infierno.
¡Dime, piedra!, adónde fueron ellos, que no quiero olvidarlos
que no deseo perderlos.

Desciendo de grandes hombres, poetas y guerreros,
que levantaron pirámides, colosos eternos,
retando al cielo, enfrentándose al averno.
Empuñando espadas, abrigándose con el fuego.
Que recorrieron a pie, este mundo,
conquistando valles, muriendo en ellos.


¡Llora piedra maldita!, ni siquiera tú, resistes al tiempo.
Que la memoria es mas grande,
más, que el incorruptible acero.
Y ellos viven en mí, cuando todo parece que ha muerto.
Cierro lo ojos y los contemplo.
Los cierro y vivo entre ellos,
cuando paseo errante..., entre recuerdos imperecederos.

¡Piedra, no calles y llora!
soterrada en las cenizas del tiempo.
que el hombre es más débil,... quizás
pero su historia resiste,
el paso del tiempo. 

Llora, piedra, tu sufrir eterno.

1 comentario:

  1. cuantas mas veces leo las poesias de Amando lacueva, más me enternecen; no dejes de escribir para nosotros aquellos que te leemos.

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